Ruta 07: Por las Mijaradas y más allá

Hoy recorremos el noreste de los alrededores de la ciudad siguiendo el tramo final del río Vena hasta Villimar para luego adentrarnos en el modesto valle del arroyo de Hurones, continuar por la Vía de Italia, Riocerezo, Temiño y volver por el páramo de Celada. 
El nombre de las Mijaradas, como parece indicar su topónimo, hace referencia a los "miliarios" y que eran los postes kilométricos de las calzadas romanas. La Vía Italia pasaba por este enclave y podría ser un área de servicio de los viajeros romanos y de sus caballerías.
Esta es la dirección del camino para utilizarlo en un GPS: BTT CCB 07
Trazado de la ruta 07
Conexión de las rutas 6 y 7

Fuente que encontramos a la derecha del camino poco antes de Las Mijaradas.


En amarillo el itinerario seguido con la bici al rededor del Monte de Las Mijaradas: mancha verde que está formada por un bosque espeso e intrincado donde se refugia la fauna y entre la flora destaca el roble carballo, "Quercus robur", especie propia de climas más húmedos, de la cornisa cantábrica.

Aspecto enmarañado que presenta el bosque isleta de Las Mijaradas



La hoja del carballo mostrando las orejuelas que abrazan el peciolo al comienzo del limbo y que identifican a la especie.
No podía faltar en este otoño el fruto del carballo en Las Mijaradas


Campo de golf de Riocerezo que se encuentra al comienzo de la Vía de Italia


Aspecto y situación de la Dehesa de Quintanapalla y del monte de Las Mijaradas.

El fruto del escaramujo, "Rosa canina", avisa desde la distancia de su presencia con el color rojo bermejo intenso en estos días de otoño por cualquier ruta que elijamos creciendo en lindes, setos y cunetas. El escaramujo
Las púas de "Rosa canina" tienen un parecido con los colmillos punzantes del perro, de ahí que a la zarza se le haya bautizado con el nombre específico de "canina".
En muchas de las zarzas de escaramujo nos encontraremos con una estructura esponjosa en forma de ovillo piloso de hebras enredadas,  que resulta ser una agalla producida por la minúscula avispa  "Diplolepis rosae" que apenas alcanza los 5 mm, conocidos como bedegares. En este momento de primeros de otoño, dentro de la agalla se encuentran varias larvas blanquecinas de tamaño milimétrico ocupando una cámara cada una.

Desde lo alto, en el páramo de Celada,  mirando hacia el norte se alcanza con la mirada la cretácica Sierra de Ubierna cubierta en parte por encinas, el trozo más meridional de la Sierra de Cantabria. He pretendido destacar en rojo, la cantera de Villaverde Peñahorada al oeste, y el valle hacia Tobes y Rahedo al este.