Ruta, de 27 km, que nos descubre el monte espeso enervado de sendas de Castrillo del Val sobre terreno de calizas del páramo cerca del contacto con el mesozoico. En el recorrido afloran fósiles del mioceno que podemos consultar con detalle en este enlace: Asociación geocientífica de Burgos .
Esta es la dirección del camino para utilizarlo en un GPS: Circular ciudad de Burgos 4
Ruta 4 sobre Google Earth
Esta ruta, y las anteriores, pasa debajo del puente de la autopista Burgos-Bilbao y en contadas ocasiones, cuando se desborda el Arlanzón, fenómeno que ocurre cada lustro, queda cortado el camino como se aprecia en la imagen tomada el día 1 de abril de 2013.
La finca barbechada en la imagen anterior se encuentra junto a esta cantera abandonada en el monte de encinas y quejigos de Castrillo del Val. El perfil del talud demuestra la ínfima profundidad del suelo que el agricultor aprovecha a base de esfuerzo para labrar y limpiar la parcela de las piedras más voluminosas agrupándolas en los márgenes o dentro de la propia finca donde aparecen superficies calcáreas imposibles de roturar formando los majanos que se repiten con frecuencia porque la ciudad de Burgos se encuentra rodeada de páramos del pontiense que forman una plataforma horizontal de distinta potencia y algunas de distinta altitud por lo que podemos hablar del páramo inferior y del superior. Lo ilustraremos en otra ruta.
Al fondo la Sierra de Atapuerca cubierta de encinas: pequeño resalte topográfico donde muere el Sistema Ibérico, entre las cuencas de los ríos Arlanzón y Vena; ambos confluyen en el centro de la ciudad de Burgos. En segundo plano el valle del Arlanzón agostado y que le delata el color amarillo del cereal cosechado. La fotografía está tomada desde el alto que lame el río a 1000 metros, de Castrillo del Val, y el fondo del valle ronda los 920; poco más de 80 metros de diferencia. La Sierra de Atapuerca está formada por una superficie de erosión cretácica que apenas supera los 1080 m; así que el río ha estado divagando, dando bandazos de un lado para otro del valle dejando su impronta con cantos rodados cuarcíticos en pequeñas terrazas ahora desdibujadas por los cultivos de la vega.
. |